Juan se despertó sobresaltado y tembloroso. Acababa de tener un sueño, que si bien era absurdo, lo había hecho transpirar de terror. Él soñaba que un horrible Hombre Lobo lo perseguía incansablemente a través de un frondoso bosque, bajo la clara luz de la luna llena. Juan se levantó tambaleante y, aun algo aturdido, fue hasta el baño para lavarse la cara y así terminar de despertase. Bebió un poco de agua y ya algo repuesto, se dirigió a su dormitorio. Pero, apenas ingresó a su cuarto, vio una imagen que de tan ridícula, se volvía a la vez espeluznante y fantástica: sobre su cama, parado allí sobre ese colchón en el que minutos antes había estado durmiendo, un espantoso Hombre Lobo lo observaba fijamente con sus ojos rojizos. Juan quedó paralizado de pánico, y ello dio tiempo para que ese ser fantástico empezara a mover dificultosamente su hocico y su lengua, intentando pronunciar algunas palabras humanas. Entre frases y gruñidos, el Hombre Lobo alcanzó a decirle a Juan: “Yo tampoco puedo dormir. ¡Sueño que me persiguen vampiros a través de un frondoso bosque, cada vez que las nubes ocultan la luna! ¡AUUUUUUUU!...”
Este estúpido cuentito, demuestra que tener miedo es mucho más común de lo que parece y que cualquiera puede sentirlo, incluso aquellos a quienes nosotros le tememos.
Bueno, esto lo termino acá nomás, porque estoy sintiendo unos gruñidos muy extraños en el patio.
Hasta la próxima…
Este estúpido cuentito, demuestra que tener miedo es mucho más común de lo que parece y que cualquiera puede sentirlo, incluso aquellos a quienes nosotros le tememos.
Bueno, esto lo termino acá nomás, porque estoy sintiendo unos gruñidos muy extraños en el patio.
Hasta la próxima…
1 comentario:
wow!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!11
me encantoooooooooooooooooooooo
genialllll
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