Obra de Rocío Tisera

lunes, febrero 28

Eduardo Galeano - 3 textos de espejos



Eduardo Galeano – 3 textos de Espejos (Una historia casi universal)

Fragmentos de su libro “Espejos (Una historia casi universal)”, a continuación.

De deseo somos

La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola. Tenía manos, pero no tenía a quién tocar. Tenía boca, pero no tenía con quién hablar. La vida era una, y siendo una era ninguna.
Entonces el deseo disparó su arco. Y la flecha del deseo partió la vida al medio, y la vida fue dos.
Los dos se encontraron y se rieron. Les daba risa verse, y tocarse también.

Fundación de la división del trabajo

Dicen que fue el rey Manu quien otorgó prestigio divino a las castas de la India.
De su boca, brotaron los sacerdotes. De sus brazos, los reyes y los guerreros. De sus muslos, los comerciantes. De sus pies, los siervos y los artesanos.
Y a partir de entonces se construyó la pirámide social, que en la India tiene más de tres mil pisos.
Cada cual nace donde debe nacer, para hacer lo que debe hacer. En tu cuna está tu tumba, tu origen es tu destino: tu vida es la recompensa o el castigo que merecen tus vidas anteriores, y la herencia dicta tu lugar y tu función.
El rey Manu aconsejaba corregir la mala conducta: Si una persona de casta inferior escucha los versos de los libros sagrados, se le echará plomo derretido en los oídos; y si los recita, se le cortará la lengua. Estas pedagogías ya no se aplican, pero todavía quien se sale de su sitio, en el amor, en el trabajo o en lo que sea, arriesga escarmientos públicos que podrían matarlo o dejarlo más muerto que vivo.
Los sincasta, uno de cada cinco hindúes, están por debajo de los de más abajo. Los llaman intocables, porque contaminan: malditos entre los malditos, no pueden hablar con los demás, ni caminar sus caminos, ni tocar sus vasos ni sus platos. La ley los protege, la realidad los expulsa. A ellos, cualquiera los humilla; a ellas, cualquiera las viola, que ahí sí que resultan tocables las intocables.
A fines del año 2004, cuando el tsunami embistió contra las costas de la India, los intocables se ocuparon de recoger la basura y los muertos.
Como siempre.

Fundación de la belleza

Están allí, pintadas en las paredes y en los techos de las cavernas.
Estas figuras, bisontes, alces, osos, caballos, águilas, mujeres, hombres, no tienen edad. Han nacido hace miles y miles de años, pero nacen de nuevo cada vez que alguien las mira.
¿Cómo pudieron ellos, nuestros remotos abuelos, pintar de tan delicada manera? ¿Cómo pudieron ellos, esos brutos que a mano limpia peleaban contra las bestias, crear figuras tan llenas de gracia? ¿Cómo pudieron ellos dibujar esas líneas volanderas que escapan de la roca y se van al aire? ¿Cómo pudieron ellos…?
¿O eran ellas?

sábado, febrero 26

En una parada anterior



Me molesta muchísimo viajar parado en el ómnibus cada mañana al ir a trabajar. Mis piernas se vencen por el sueño, pero también por las violentas frenadas y aceleraciones que realiza el chofer continuamente como si fuera un avezado piloto de Fórmula 1, sin olvidar los pisotones y empujones que todo esto conlleva, y el malhumor contagioso que se genera entre los pasajeros. Esto es algo que a esa hora del día puede acabar rápidamente con mi paciencia. Por todo esto, hoy abandoné la parada en donde desde años aguardo el bus y decidí caminar y tomarlo en alguna parada anterior para poder conseguir un asiento desocupado. Testarudo como soy, comencé a caminar y a caminar hasta que a lo lejos, vi venir el coche. Me detuve en una parada cercana y, efectivamente, al subir al ómnibus tuve el inmenso agrado de ver un asiento solitario que me aguardaba. Me senté triunfante, orgulloso porque el esfuerzo que realicé tuvo recompensa. Lo extraño iba a suceder más adelante, ya que unas diez cuadras después, o sea en la misma parada en donde desde hace años suelo esperar, subí yo, o sea me vi subir a mí mismo, fastidioso, con el rostro somnoliento y las piernas vencidas por el sueño…

miércoles, febrero 23

Angélica Gorodischer - Los viajes en el tiempo



La narradora Angélica Gorodischer nació en Buenos Aires en 1929. Su estilo reúne rasgos propios del barroco con un humor muchas veces incisivo y asentado en la utilización del lenguaje coloquial. Entre sus obras más importantes: Cuentos con soldados (1965), Opus dos (1967), Casta luna electrónica (1977), Mala noche y parir hembra (1983), Kalpa Imperial (1983), Floreros del alabastro, alfombras de Bujara (1985), Trafalgar (1986), Jugo de mango (1988), Las repúblicas (1991), Fábula de la Virgen y el bombero (1993), Prodigios (1994) y La noche del inocente (1996).
Aquí, una reflexión de Gorodischer acerca de las paradojas de los viajes en el tiempo.
“Cuando se habla de viajes por el tiempo, en el primero en el que se piensa es en Hebert George Wells. Yo tengo una debilidad especial por Wells, del que Verne decía con cierto desprecio: “Yo aplico la ciencia; el la inventa”. Y tengo debilidad por Wells justamente por eso, porque se larga a la pileta sin averiguar si hay agua, porque se lo inventa todo. El libro de Wells sobre el viaje por el tiempo es ya un clásico, porque de lo que se trata no es de ir hacia atrás o hacia adelante en el tiempo, sino de ver cuales son las consecuencias de violar las leyes del ayer y del mañana. Paradoja fundamental: si me voy al pasado y mato a mi abuelo antes de que se case con mi abuela, no nazco nunca, no existo. Pero si no existo ¿quién es el que va al pasado a matar a mi abuelo? Si no existo nadie va al pasado y mi abuelo se casa con mi abuela y tienen hijos y yo soy uno de los hijos de los hijos y por supuesto, existo. Si existo soy el que va al pasado y mata a mi abuelo y así sucesivamente. Otra más: Soy varón de padre desconocido. Voy al pasado a averiguar quién se acostó con mi madre y me engendró. Busco a mi madre y mientras tanto conozco una muchacha, tenemos un romance, me acuesto con ella y engendro un hijo y esa muchacha que cambió de nombre y de ciudad cuando supo que estaba embarazada fue mi madre y yo soy mi propio padre. Si seguimos con los ejemplos podemos llenar páginas y horas…”

domingo, febrero 20

La piedra filosofal



Hace 500 años, un viejo sabio utilizó componentes especiales traídos de distintos lugares del mundo y pudo obtener así el objeto más preciado por los alquimistas de aquel tiempo: la Piedra Filosofal, aquello que podía transformar en oro todo aquello que tocaba. El viejo sabio logró al fin lo que había soñado durante toda su vida. Pero su invención no funcionaba del todo bien. Ya que el oro que esta piedra producía lo conseguía solo una vez en diez intentos, en las otras nueve ocasiones la piedra solo obtenía una montaña de excremento, con el olor más nauseabundo que alguna vez se pudo haber olido en la faz de la tierra. Pero la ambición siempre pudo más, y si bien el viejo sabio muy rápidamente se convirtió en alguien acaudalado y poderoso, hasta el fin de sus días la gente del pueblo no dejó de referirse a él como el “viejo-rico-huele-a-mierda”.

jueves, febrero 17

Dragón Chino - Dibujo de Rocío Tisera



Este es un dibujo de mi hija Rocío (10 años). Tal como lo que muestra la imagen, en el horóscopo chino a ella le corresponde El Dragón. Yo soy Rata (me podría haber tocado uno más cool, ¿no?).

lunes, febrero 14

Comentarios



-Y bueno, algo ella habrá hecho, seguro que lo habrá provocado –comentó Beto, el mecánico.
-¡Ah! Así que violaron a una mujer en la otra esquina… Y si, me imagino. Pasa que las mujeres de hoy en día salen casi desnudas a la calle y bueno, los hombres no somos de madera, ¿no? –dijo Pepe, el quinielero del barrio.
-Eso que le pasó a esa mujer, que no tengo idea de quien se trata pero que me la imagino, sucede porque con el paso del tiempo, la mujer se ha ido liberando y al querer imitar e igualar al hombre ha ido perdiendo la esencia y la decencia. ¿Pobre, no? Pero es así, quizás ella sola paga por los pecados de todas –insinuaba la presidenta de la comisión de fieles de la iglesia católica.
-¿La mina que se garcharon anoche? Allá en el bar me contaron que ella era una prostituta que se le escapó al chabón para el que laburaba y entonces para que aprenda, hizo que la cagaran a golpes. Calculo que con todo lo que le hicieron, ahora se va a volver más mansita –vociferó el Gordo Carranza mientras vendía el diario en la esquina.
-¡Que se cague por puta! Seguro que le gustó y que ahora va a pasar todas las noches por esta cuadra a ver si la violan de vuelta… -gritaron a coro, entre risotadas, los muchachos que siempre jugaban al fútbol en una canchita cercana.
Mientras tanto, en la comisaría, una anciana monja, vestida con su hábito, lloraba desconsoladamente, herida y ultrajada, mientras relataba al policía sumariante lo que recordaba de la traumática experiencia que había vivido en la noche anterior. La religiosa, tomando fuertemente su rosario, describía los rasgos de las personas que habían abusado de ella. Sin embargo, la gente del barrio aún seguía hablando y hablando, sin saber en verdad nada de lo que había ocurrido.