Obra de Rocío Tisera

viernes, marzo 26

La teoría de la evolución



Conozco una persona que rechaza la teoría de la evolución de Darwin y que piensa que es una locura e incluso una ofensa plantear que el hombre desciende del mono. Esta persona cree ciegamente en el Libro del Génesis de la Biblia y no deja lugar para ningún tipo de discusión sobre este tema. A veces, pienso que si los monos pudieran entender la Teoría de la Evolución, pensarían igual que esta persona, y que ellos negarían ser parientes nuestros y que por sobre todo, rechazarían ser ellos los responsables de nuestra aparición en este planeta. Planeta que nosotros, los seres inteligentes que “creo Dios” nos empeñamos por destruir…

miércoles, marzo 24

Obra de arte


-¿Y mujer? ¿Qué opinas? ¿Qué te parece mi obra de arte?
-¿De qué me hablas? ¡No me digas que así llamas a ese montón de piedras apiladas!
-Si, mi amor… ¡Eso es arte!
-Qué arte ni arte, lo único que veo es un montón de piedras apiladas. ¿Para esto me hiciste caminar tanto?
-¿Caminar? ¿Qué es la simple acción de caminar al lado de la incalculable majestuosidad del arte?
--Mira, te soy sincera, lo único que me sorprende de tu “obra de arte” es que no me puedo explicar como hiciste para mover y colocar, tú solo, esos enormes bloques de piedra, en cuanto al resto…
-No seas ignorante, mujer, observa con los ojos del alma y podrás comprender el espíritu de mi trabajo.
-Está bien, pero… ¿De qué mierda se trata? ¿Representa un templo, un oráculo, un lugar en donde observar las estrellas, un cementerio, o un…?
-Calla de una vez, ¡no es nada de eso!, son puertas que representan el ayer y el mañana y todas las variantes del presente. Por ejemplo, aquí parados nos encontramos en el ayer, cruzando bajo aquella puerta, nos dirigimos al futuro, pero si vamos hacia allá…
-Mejor vámonos, se está haciendo de noche. Y deja de hablar estupideces. Espero que mañana en vez de perder todo el tiempo en esto, te pongas a trabajar que demasiada hambre tenemos ya tus hijos y yo. ¡Obras de arte! ¡Nunca vas a llega a ningún lado con esto!
Y así, la pareja se retiró rumbo a su aldea, situada en algún lugar de Inglaterra, dejando atrás aquel curioso monumento en Stonehenge.

lunes, marzo 22

Impensamientos varios

Obra de Héctor Alcides Arce


MI MEJOR AMIGO

Mi mejor amigo es un abogado, y mi peor enemigo también es un abogado. Y aclaro, por las dudas, que en ningún momento estuve hablando de dos personas diferentes.

NO LE TEMO A LA OSCURIDAD

No le temo a la oscuridad. A lo que yo le temo, es a los miles y miles de fantasmas, zombis, espectros, brujos, alienígenas y monstruos que en esa misma oscuridad se ocultan…

COLCHÓN

Hubo un tiempo en que solía guardar dinero bajo el colchón. Es impresionante la incomodidad y el insomnio que podían causar esos malditos papelitos debajo de uno. No me dejaban pegar un ojo en toda la noche.

ODIO MI TRABAJO

Odio mi trabajo, realmente lo odio. Y lo que más odio aún, es que lamentablemente no podría vivir sin ese maldito trabajo…

sábado, marzo 20

Hace Calor

Obra de Juan Juáres


Hace calor.
El aire se torna irrespirable.
Redondas y gordas
gotas de sudor
surcan mi frente,
mi cuello,
mi espalda,
mi pecho.
No puedo dormir,
ni estar despierto,
ni caminar,
ni sentarme.
Sed.
Siento sed.
Agua.
Necesito agua,
y beberla,
y sentirla mojando mi piel,
dando vida
a este cuerpo exhausto
que se encuentra perdido,
sin saber
si está en un desierto,
o en una calle fantasma,
o condenado
en el mismísimo infierno.
Hace calor.
Juro no recordar
haber sentido tanto,
pero tanto calor,
en alguna ocasión.

jueves, marzo 18

Lázaro

La resurrección de Lázaro - Obra de Sebastiano del Piombo (Siglo XVI)

Al día siguiente en que Jesús obrara en él el milagro de la resurrección, Lázaro se encontraba contemplando el mundo sentado en una gran roca que se hallaba sobre un monte amarillento y empinado. Él lloraba desconsoladamente y estaba solo, completamente solo. Tenía el precipicio a sus pies y lo observaba resignadamente, como sabiendo que nunca tendría el valor suficiente para saltar. Miró el cielo, aún con lágrimas en los ojos, y blasfemó una y otra vez con toda su furia y desesperación. “¡Maldito seas, Jesús! ¡Maldito Tú, Hijo de Dios!”. Lázaro llevaba un gran sufrimiento en su interior y no era para menos. Él sabía que pronto el Mesías sería sacrificado por los hombres de manera horrible y tortuosa. Lo sabía porque lo había vislumbrado en una especie de sueño, de pesadilla, en la que había caído durante esas horas en la que no se encontraba en este mundo. Y no quería estar presente para verlo. Hubiera preferido seguir estando muerto, ser olvido, ser nada, por toda la eternidad, a presenciar la muerte de su amado maestro. “¡Maldito seas, Jesús! ¡Maldito Tú, Hijo de Dios!”, grito Lázaro mientras se desataba una fuerte lluvia que lavaba su desencajado rostro.

martes, marzo 16

Compu



Creo que es hora de cambiar la compu. No porque este muy desactualizada. Sucede que todo lo que escribo en ella suena algo anticuado, muy gris, bastante melancólico. Son esas cosas raras que suceden a uno cuando le empieza a fallar la inspiración…

domingo, marzo 14

Cataclismo


Una noche, Niel tuvo un extraño sueño. Soñó que de la cúspide de una alta montaña brotaba el fuego más rojo que había podido observar durante su corta vida. Soñó que la tierra se estremecía cada vez con más intensidad, hasta que al fin el suelo se agrietó y comenzó a abrirse dejando ver profundos precipicios. Soñó que gigantescas olas ensombrecían las playas antes de derrumbarse e inundar toda la ciudad, toda la región, toda la isla… Niel, a pesar de ser solo un niño, comprendió pronto que todo aquello era más que un sueño: era en realidad una revelación. Y como era valiente y decidido, apenas terminó de vestirse, salió corriendo de su hogar rumbo a la plaza mayor, mientras no dejaba de gritar a viva voz: “¡El fin del mundo se acerca! ¡El fin del mundo se acerca!”. Obviamente nadie le prestó atención al pobre Niel, incluso algunos de los comerciantes allí instalados con sus tiendas lo sacaron a los empujones del lugar, ya que sus gritos molestaban a los clientes. El niño, triste, desanimado y muy cansado, volvió a su casa llorando, sabiendo que todo su esfuerzo había sido en vano.
Al día siguiente, la Atlántida, esa hermosa isla en la que vivía, desaparecería por completo bajo las furiosas olas del mar.