Obra de Rocío Tisera

martes, mayo 10

Hermann Hesse - La ejecución



El novelista y poeta alemán Hermann Hesse (1877-1962), premio Nobel en 1946, anticipó en muchos aspectos las vanguardias europeas por sus ideas irracionalistas y místicas. Sus obras giran en torno a la individualidad y la autorrealización humanas, y suelen tratar el tema de la búsqueda de la identidad en las sociedades tradicionales. En sus últimas obras, como El lobo estepario (1927), utilizó conceptos psicoanalíticos de Carl Jung para explicar las dualidades humanas. A continuación, uno de sus textos.



LA EJECUCIÓN (1908)

En su peregrinación, el maestro y algunos de sus discípulos bajaron de la montaña al llano y se encaminaron hacia las murallas de la gran ciudad. Ante la puerta se había congregado una gran muchedumbre. Cuando se hallaron más cerca vieron un cadalso levantado y los verdugos ocupados en llevar a rastras hacia el tajo a un individuo ya muy debilitado por el calabozo y los tormentos. La plebe se agolpaba alrededor del espectáculo. Hacían mofa del reo y le escupían, movían bulla y esperaban con impaciencia la decapitación. -¿Quién será y qué delitos habrá perpetrado -se preguntaban unos a otros los discípulos- para que la multitud desee su muerte con tanto afán? Aquí no se ve a nadie que manifieste compasión ni que llore. -Supongo que será un hereje -dijo el maestro con tristeza. Siguieron acercándose, y cuando se vieron confundidos con el gentío los discípulos preguntaron a izquierda y derecha quién era y qué crímenes había cometido el que en aquellos momentos se arrodillaba frente al tajo. -Es un hereje -decía la gente muy indignada-. ¡Hola! ¡Ahora inclina su cabeza condenada! ¡Acabemos de una vez! En verdad ese perro quiso enseñarnos que la ciudad del Paraíso tiene sólo dos puertas, ¡cuando a todos nosotros nos consta perfectamente que las puertas son doce! Asombrados, los discípulos se reunieron alrededor del maestro y le preguntaron: -¿Cómo lo adivinaste, maestro? Él sonrió y, mientras echaba de nuevo a andar, dijo en voz baja: -No ha sido difícil. Si fuese un asesino, o un bandolero o cualquier otra especie de criminal, habríamos visto entre las gentes del pueblo pena y compasión. Muchos llorarían y algunos hasta pondrían el grito en el cielo proclamando su inocencia. Al que tiene una creencia diferente, en cambio, se le puede sacrificar y echar su cadáver a los perros sin que el pueblo se inmute.

domingo, mayo 8

SMS


Mi novia tenía un vicio irremediable: hablar por su celular, o si no, mandar mensajitos de texto, continuamente, todo el día, todos los días. Algo que no parece tan grave si lo fue desgraciadamente para ella, ya que hablando por teléfono con una amiga mientras conducía, en un momento de distracción chocó su auto contra un camión que venía de frente y así lamentablemente falleció. De esto, ya han pasado dos meses. Anoche, sucedió algo demasiado extraño. Recibí un mensaje de texto con un número demasiado familiar para mí: era el de mi novia. Pero es imposible que sea alguien que haya conseguido su teléfono y que me esté gastando una broma bastante pesada, ya que yo mismo, el día de su entierro, tomé su estropeado celular y lo dejé entre sus manos antes de que cerraran el féretro. El mensaje de texto decía: “Te extraño, mi vida, mi dulce negrito”, tal como a ella siempre le gustaba escribirme. Pero... Ahora mi teléfono suena... Si, ya me lo imaginaba… No puede ser otra persona que ella, mi novia de siempre. Voy a tener que dejar de escribir. Creo debo atender…

viernes, mayo 6

Johann Wolfgang von Goethe - Cinco máximas


Figura fundamental de la literatura alemana, Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) es también el más genuino representante del romanticismo alemán. Escribió poemas, obras teatrales y novelas de entre las que destaca Fausto, una obra teatral considerada como la mejor adaptación de la leyenda de Fausto, personaje que vende su alma al diablo a cambio de conocimiento y experiencia. Estas son cinco de sus máximas: - Se tiende a poner palabras donde faltan las ideas. - No me conozco a mi mismo, y Dios prohíba que así sea. - Si pinto a mi perro exactamente como es, naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte. - La ley es poderosa, pero más poderosa es la necesidad. - El artista solo ve espíritus. Pero después que ha contado que se le aparecen, todos los ven.

miércoles, mayo 4

Modelos


El contingente de turistas norteamericanos estaba a punto de abandonar ese pequeño poblado africano para emprender el regreso al aeropuerto. De pronto, un famélico niño de no más de diez años se acercó a ellos y extendió su mano con la clara intención de pedir una limosna. Una mujer que se encontraba a punto de subir al autobús alcanzó a verlo, por lo que abrió rápidamente su cartera y comenzó a buscar algún billete para ofrecerle. Pero, luego de mucho hurgar, se dio cuenta de que aparte de sus tarjetas de crédito, solo llevaba sus documentos y una revista de modas que llevaba para leer durante el viaje. De todas formas, logró hallar una cierta cantidad de monedas que, junto con aquella revista, fueron a parar a las manos del niño. El chico sonrió complacido por la generosidad de la turista y se marchó rumbo a su hogar, situado a un par de kilómetros de allí. En su marcha, encontró la fresca sombra de un gigantesco baobab y decidió recostarse por un momento bajo él, agobiado por el ardiente sol. Metió su pequeña mano en el bolsillo y se puso a contar con mucha alegría todas las monedas que acababa de recibir. Luego, se puso a hojear con algo de curiosidad esa revista que le había dado aquella mujer. Así, el niño comenzó a ver en esas páginas cientos de fotos en las que aparecían desfilando mujeres rubias, pelirrojas, algunas de tez amarilla, otras morenas. Algunas tenían mucha ropa encima y otras tenían muy poca, pero todas ellas compartían una particularidad, y era que todas ellas estaban tan flacas y huesudas como él mismo y como la mayoría de los habitantes de su poblado. En vano intentaría leer lo que decían aquellas páginas ya que el muchachito era analfabeto, pero él no pudo llegar a otra conclusión que la que le pareció más obvia. “Allá, donde viven los turistas, ¡la gente pasa tanta hambre como nosotros!”, pensó convencido. “¡Pobres! ¡Y yo que creía que ellos eran los afortunados!”

lunes, mayo 2

Arthur Rimbaud - Tres Poesías





El poeta francés Arthur Rimbaud (1854-1891) fue uno de los máximos representantes del simbolismo. Dio muestras de una gran precocidad intelectual y comenzó a escribir versos a los diez años. Su obra está profundamente influida por Baudelaire, por sus lecturas sobre ocultismo y por su preocupación religiosa. Su exploración sobre el inconsciente individual y su experimentación con el ritmo y las palabras, que emplea únicamente por su valor evocativo, marcaron el tono del movimiento simbolista. Aquí, poesías de su autoría.


VENUS ANADIOMENA (1)

Como de un ataúd verde, en hoja de lata,
con pelo engominado, moreno, y con carencias
muy mal disimuladas, de una añosa bañera
emerge, lento y burdo, un rostro de mujer.

El cuello sigue luego, craso y gris, y los hombros
huesudos, una espalda que duda en su salida
y, después, los riñones quieren alzar el vuelo:
bajo la piel, el sebo, a capas, como hojaldre.

El espinazo, rojo, y el conjunto presentan
un regusto espantoso, y se observa ante todo
detalles que es preciso analizar con lupa.

El lomo luce dos palabras: CLARA VENUS (2).
Un cuerpo que se agita y ofrece su montura
hermosa, con su úlcera, tenebrosa, en el ano (3).

(1) Advocación de Venus que nace de las aguas. La profanación del mito es absoluta y tiene un alcance muy superior al de los dos textos que Rim¬baud imita, según los eruditos: Los antros infectos, de Glatigny (en Viñas lo¬cas) y una estrofa de François Coppée aparecida en la revista El Parnaso. Este poema justifica nuestra voluntad de matizar la división clásica de las Poesías de Rimbaud, en lo que se refiere a su actitud frente al amor y a la mujer, en dos bloques que se opondrían radicalmente; división cuya razón estaría en la hipotética violación del poeta en el Cuartel de Babilonia, duran¬te la Comuna.

(2) Hermosa Venus. Esta inscripción aparece grabada como si fuera un tatuaje. El tema del tatuaje viene del texto de Glatigny, pero en él es mu¬cho más anodino: Venus lleva grabados dos nombres, uno de mujer y otro de hombre, Pierre y Lolotte. La profanación del mito de la belleza y del amor

(3) Anotación que ya anuncia los versos de Los estupras.



EL MAL (1)

Mientras que los gargajos rojos de la metralla
silban surcando el cielo azul, día tras día,
y que, escarlata o verdes (2), cerca del rey que ríe
se hunden batallones que el fuego incendia en masa;

mientras que una locura desenfrenada aplasta
y convierte en mantillo humeante a mil hombres;
¡pobres muertos! sumidos en estío, en la yerba,
en tu gozo, Natura, que santa los creaste,

existe un Dios que ríe en los adamascados
del altar, al incienso, a los cálices de oro,
que acunado en Hosannas dulcemente se duerme.

Pero se sobresalta, cuando madres uncidas
a la angustia y que lloran bajo sus cofias negras (3)
le ofrecen un ochavo envuelto en su pañuelo.

(1) Título ambiguo. ¿Qué es el Mal?: ¿la guerra?, ¿Dios? ¿La contrapo¬sición entre la Historia (por oposición a la naturaleza) y la presencia de un Dios ligado únicamente a los aspectos de una liturgia simonista? Poema ambiguo hasta en la interpretación de la risa de Dios (¿satisfecho en medio del lujo? ¿Sarcástico ante el lujo que lo rodea, mientras sólo le interesa la ofrenda de los pobres?). Prefiero dejar el texto en su ambigüedad bañada por un sentimiento político y social y por un decorado litúrgico, constan¬tes siempre ambiguas de la poética de Rimbaud.
(2) Escarlata, es decir, francés; verde, es decir, prusiano. Admiremos en este fuego cruzado de metáforas salvajes, el cromatismo singular que los cuatro versos pintan a brochazos.
(3) Presencia del dolor femenino de las clases populares, siempre respe¬tado, incluso cuando se presta al sarcasmo religioso o social.



EL DURMIENTE DEL VALLE (1)

Un hoyo de verdor, por el que canta un río
enganchando, a lo loco, por la yerba, jirones
de plata; donde el sol de la montaña altiva
brilla: una vaguada que crece en musgo y luz.

Un soldado, sin casco y con la boca abierta,
bañada por el berro fresco y azul su nuca,
duerme, tendido, bajo las nubes, en la yerba,
pálido, en su lecho, sobre el que llueve el sol.

Con sus pies entre gladios (2) duerme y sonríe como
sonríe un niño enfermo; sin duda está soñando:
Natura, acúnalo con calor: tiene frío.

Su nariz ya no late con el olor del campo;
duerme en el sol; su mano sobre el pecho tranquilo;
con dos boquetes rojos en el lado derecho.

(1) Poema de guerra, lo importante en él es la perfección formal del cua¬dro, como ajena al paroxismo del tema tratado: encuadre, colores, haz, todo contribuye a esta perfección. Pero también estamos ante la construc¬ción del nido para el último sueño: en los brazos de la vida, agua y ver¬dor. Más tarde, Rimbaud, en sus últimos poemas, pedirá para sí la muerte vegetal del árbol, en la fusión con naturaleza.
(2) Término preferido para los gladiolos de agua.