Estaba sentado en una solitaria mesa de un bar. Iba por el tercer whisky y ya me había dado cuenta de que ella no iba a venir. Por lo tanto, podría haberme tomado todos los whiskys que hubieran sido necesarios para olvidarme de aquella mala mujer, de mi ser miserable, del mundo que me rodea… Bueno, al menos eso es lo que habría hecho. Porque no había terminado mi vaso aún, cuando una parejita de jóvenes novios, enamorados e imbéciles como son todos ellos, terminaron sentándose en una mesa cercana. No pude impedir escuchar esas empalagosas, cursis y estúpidas palabras que ellos se decían, mientras se tomaban fuertemente de la mano y se miraban a los ojos como poseídos. No se porque, lo que ellos hablaron aquella lejana noche, aún resuena en mi memoria, desesperándome, torturándome…
“-Podría ser optimista, y decir que siempre estaremos juntos.
-Podría ser pesimista, y decir que el día en que tú no estés más a mi lado, no será necesario quitarme la vida para convertirme en un triste fantasma.
-Podría ser terco, y decir que te perseguiré por todo el universo hasta que por fin conquiste tu corazón.
-Podría ser sumisa, y decir que por un beso tuyo soy capaz de dar la vida.
-Podría ser fanfarrón, y decir que no existe alguien en el mundo que te ame tanto como yo.
-Podría ser mentirosa, y decir que nunca me hiciste sufrir, que nunca me robaste la calma.
-Podría ser muchas cosas pero prefiero ser totalmente sincero para así poder decirte que aún estoy enamorado de ti.
-Podría ser celosa, y enfrentarme con todo aquel que ose mirarte, rivalizar con quienes intenten acercarse a ti.
-Podría ser escéptico y decir que por más que sea imposible estar juntos para siempre, eso no quita que pueda amarte por toda la eternidad.
-Podría ser crédula, y decir que nuestras almas jamás podrán separarse.
-¡Te amo, mi Chuchis…!”
-¡Te amo, mi Chonchis…!”
Estoy sentado en mi reposera, en el fresco patio de mi casa. Es de noche y puedo ver miles y miles de estrellas. Puede ser porque no hay luna, o porque estoy a punto de terminar una botella de whisky y hace rato que todo lo veo doble. Aún no me puedo olvidar de ella, ni de mí, ni del mundo. Y para colmo tampoco me puedo olvidar de aquella parejita de boludos que vi en el bar. ¡Por Dios! ¡Como pueden ser tan ingenuos! Nada dura para siempre, ni el mismo universo. El amor solo perdura en el recuerdo, y en el recuerdo solitario para colmo. ¡Le habré dicho palabras semejantes, igual de estúpidas quizás, a esa mujer que me convirtió en esta piltrafa despreciable que ahora mira el cielo implorando a un dios en el que ni siquiera cree, que ella regrese y todo sea como antes, rogando a una incierta divinidad cósmica que ella vuelva para nunca más marcharse y que me perdone para siempre y que me ame como alguna vez llegó a hacerlo!
“-Podría ser un soñador y decir que te convertiré en mi princesa y que te daré todo lo que desees tener.
-Podría ser realista y decir que tú eres la única persona con la que quiero pasar el resto de mis días.
-Podría ser sádico y decir que me gustaría que mueras de amor por mí.
-Podría ser masoquista y decir que por más que me hagas sufrir nunca olvidaré que yo solo vivo por vos.
-¡Te amo!
-¡Mas te amo yo!”
¡Basta, por favor! ¡Baaastaaa…! ¡Dios, quita todo de mi maldita cabeza de una buena vez!