
Suena mi celular en algún lugar perdido de mi casa, y no lo encuentro. No se donde está, pero se muy bien que es ella quien me llama.
El teléfono suena insistentemente pero aún así no consigo hallarlo, como si una maldición hubiese caído sobre mí para alejarme de ella, para acercarme hacia mi propio fin.
Se que quién llama es ella, no puede ser ninguna otra persona.
Pasan rápidamente los segundos, hasta convertirse en un largo minuto, y el celular se queda callado, y su música, su dulce ring-tone, deja de sonar para siempre.
No se como explicarlo, pero se a ella quien intentaba comunicarse conmigo. Lo se, así como se también que nunca más ella volverá a llamarme.
El teléfono suena insistentemente pero aún así no consigo hallarlo, como si una maldición hubiese caído sobre mí para alejarme de ella, para acercarme hacia mi propio fin.
Se que quién llama es ella, no puede ser ninguna otra persona.
Pasan rápidamente los segundos, hasta convertirse en un largo minuto, y el celular se queda callado, y su música, su dulce ring-tone, deja de sonar para siempre.
No se como explicarlo, pero se a ella quien intentaba comunicarse conmigo. Lo se, así como se también que nunca más ella volverá a llamarme.