Obra de Rocío Tisera

miércoles, abril 6

Egocéntrico



Pintura de Michelangelo Merisi (Caravaggio)


Cuando el egocéntrico científico logró hacer realidad su más ansiado sueño, el realizar un viaje en el tiempo, supo perfectamente a que lugar debía ir y con quien debía encontrarse. Fijó las coordenadas espacio-temporales en el maravilloso artefacto que el mismo había diseñado y construido, y se transportó hacia el pasado, veinte años atrás más precisamente. Así, en lo que dura un simple parpadeo, pudo llegar hasta ese pequeño departamento que poseía en el centro de la ciudad cuando apenas era un estudiante recién ingresado a la Facultad de Física. Cuando el egocéntrico científico estuvo por fin frente a frente con su joven yo, un júbilo extraordinario se apoderó de él, sintiéndose así el hombre más afortunado de la Tierra. Tomó con sus manos esa joven cara llena de asombro y cerrando los ojos le besó en los labios, sus propios labios, lleno de ternura y pasión. Para ambos, ese encuentro fue un verdadero flash, ni más ni menos que un verdadero amor a primera vista. Eso es lo que yo llamo una persona egocéntrica.

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