Obra de Rocío Tisera

lunes, abril 27

Diario íntimo


Durante mi juventud, y a lo largo de muchos años, dejé reflejadas las experiencias y pensamientos de cada día que transcurría en un cuaderno que mantuve oculto de los ojos de mi familia. Pasó el tiempo, y un día, uno de mis hijos, el más grande, me confesó en una charla casual que sin querer, buscando un libro en el desván, había encontrado uno de los tantos diarios que solía escribir y que no había podido evitar caer en la tentación de leerlo. Él aprovechó ese comentario para hacerme una pregunta, bastante extrañado por cierto: “Papá ¿porque escribiste tu libro solo de lunes a viernes y todas las hojas que correspondían a los sábados y domingos quedaron en blanco, sin una sola palabra escrita?” Yo, algo incómodo, le respondí rápidamente: “Porque en aquellos años, hijo, yo era muy religioso y al ser mitad judío por parte de mi madre, mitad católico por parte de mi padre, consagraba todo el sábado a Jehová y todo el domingo a Dios, por lo que no me quedaba mucho tiempo para hacer otra cosa salvo que orar”. Mi hijo, al parecer, quedó satisfecho con mi respuesta, sin imaginar que todo se trataba de una burda y cobarde mentira. Por supuesto que no podía decirle a mi querido hijo que esas hojas de mi diario estaban en blanco porque también se encontraba totalmente en blanco mi intoxicada mente, luego de aquellas largas y bizarras noches de alcohol, drogas y desenfreno… ¡Y bueno, que le iba a hacer! Yo era muy joven por entonces…

2 comentarios:

IndeLeble dijo...

Bueno Gustavo por lo menos al protagonista le quedaban cinco días para reflexionar lo que le había sucedido los otros dos , no ?
Besotes !!

Justbreath dijo...

Me encanto!!!