Obra de Rocío Tisera

lunes, febrero 19

Mundo nuevo

Todo el tiempo supe que aquella medida que tomó el gobierno mundial para evitar la sobrepoblación iba a ocasionar problemas. Hoy, a veinticinco años de aquel catorce de febrero de 2056, día en el que antiguamente se celebraba el día de los enamorados, las consecuencias son más que evidentes y a llegado incluso a modificar los hábitos y las costumbres en toda la sociedad, o decir de toda la humanidad.
En aquella fatídica fecha, las leyes mundiales le autorizaron al monopolio de Laboratorios New World a vender libremente las drogas que le permitieron a las parejas poder elegir el de sus futuros bebés. Al cabo de un par de años, casi el noventa por ciento de los niños que había venido al mundo, eran de masculino y de acuerdo con las estadísticas, ese porcentaje se mantuvo a lo largo de una década.
Si bien los padres de entonces creían estar actuando por el bienestar de sus hijos y querían tener solo descendientes varones, no solo porque así ellos tendrían menos problemas de conseguir trabajo que los que sufrirían de ser mujeres, sino también por que de esta forma sabrían defenderse mejor en medio de la violencia reinante en el mundo, aquellos progenitores, no tuvieron en cuenta que de esta manera afectaban terriblemente el histórico equilibrio de la natalidad en los seres humanos.
Los jóvenes, quizás debido a la notoria escasez de mujeres, en su gran mayoría generaron tendencias es, lo que incidió en la abrupta tasa de natalidad a nivel mundial.
Hoy, ver miles de parejas de hombres tomándose de la mano o besándose en la calle, algo que hubiese sido totalmente inaceptable un siglo atrás, es algo totalmente común y corriente y hasta podría decirse, bien visto. Los pocos hombres hetero es que quedamos, debemos batirnos sangrientamente a duelo por el amor de una mujer y en muchos casos, se da que los pretendientes de una dama suelen ser más de cinco hombres, lo que desencadena un cínico juego de alianzas y traiciones entre quienes pretenden la mano de la damisela, hasta que finalmente el más fuerte o el más inteligente, queda como único sobreviviente y con todo el derecho de quedarse con el amor de esa mujer.
El Gobierno Mundial, hoy prácticamente un títere de la poderosa y archimillonaria empresa “Laboratorios New World”, sigue sin reaccionar ante esta dramática situación que cada día se torna más peligrosa. En las clínicas cada vez más hombres deciden operarse para cambiar de , por la paradoja que, según las encuestas que recientemente se han difundido en los medios periodísticos, el 80% de los hombres prefiere hacer el amor con un travesti o un tran y no con una verdadera mujer.
La humanidad lentamente se va extinguiendo y el mundo se va a convertir dentro de no mucho tiempo en un gigantesco y agonizante geriátrico de ancianos s.
Me siento perseguido y discriminado por mi hetero idad y se que a mis cincuenta y cuatro años de edad, se me hace cada vez más difícil poder cumplir mi sueño de tener de pareja a una verdadera mujer y poder formar con ella una familia.
¡Malditos “Laboratorios New World”! ¡Quiero una mujer!

FIN

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