Obra de Rocío Tisera

domingo, marzo 8

Oso de peluche degenerado


La verdad es que nunca confié en ese osito. Siempre tenía una mirada media extraña, con un brillo pervertido y degenerado. Pero así y todo se lo regalé a mi mujer (la verdad es que me había olvidado y lo compré de apuro en un negocio que se encontraba camino a casa), un día que cumplíamos otro aniversario más de casados. Lamentablemente me di cuenta demasiado tarde de que ese peluche era realmente un vil depravado. Muy tarde. Anoche, cuando llegué del trabajo, por el desorden que hallé en casa y las cosas que faltaban, terminé de convencerme que ese osito de mierda, ese peluche hijo de puta, se escapó de mi casa junto con la traidora de mi mujer… ¡Siempre supe que ese osito de peluche me iba a causar problemas!

3 comentarios:

mera dijo...

Eso pasa por meter a cualquiera en casa. ¡Compre osos del Pirineo! El que queda es muy fiel.
Estupendo el blog.

Tu Gitana dijo...

ahhh bien guapetón el osito!!

MaRíN dijo...

Definitivamente delirio... jeje