Obra de Rocío Tisera

martes, enero 6

Gélida llovizna


La única manera de contemplar esta gélida llovizna, sin sentir esa asquerosa y patética melancolía de siempre, es teniéndote cerca. De otra forma, esta tarde tan angustiante se transformaría en una pantalla gigante en la que serían proyectadas aquellas tristes imágenes que durante tanto tiempo he alejado de mi conciencia. Porque el sonido de cada gota anuncia la llegada de un nuevo recuerdo que empañará la mirada, distorsionando este paisaje cada vez mas y mas, al punto de dejarme casi ciego. Porque la luz de un nuevo relámpago me despierta sobresaltadamente de ese trance en el que caigo, víctima de tanto vacío, de tanta nostalgia.
Por todo esto, gracias. Si no fuera por tu compañía, por tu indispensable presencia, este espectáculo de la naturaleza, tan bello para la mayoría de las personas, no sería más que una cruel e infinita tortura para mi alma. Gracias, hermosa…