Obra de Rocío Tisera

lunes, septiembre 29

MICROCUENTOS 11



HOJA EN BLANCO: Debo aprender a leer, a decodificar, a develar el antiguo secreto que se encuentra oculto en esa hoja que aparentemente se encuentra en blanco, totalmente limpia y de apariencia común, colocada cuidadosamente sobre mi escritorio bajo la intimidante luz de la lámpara. Si durante esta madrugada no logro entenderlo, si jamás logro revelar el misterio que ese papel posee, el vacío que existe en esa hoja indefectiblemente me atrapará y me devorará, y me forzará con su maldición a ser parte de esa misma nada.

VENENO: Bebo de esta copa, la que contiene el traidor veneno, el líquido insípido e incoloro que se confunde en el espirituoso vino. Lo bebo saciando mi sed, elevando el ánimo, alegrando mi espíritu. Lo tomo, manso y relajado, con la tranquilidad que me da el sostener en mi otra mano una copa igual de frágil, en la que entremezclado con otro buen vino se encuentra el antídoto salvador. Por lo tanto recuerda, mi bella dama, que tan solo de mí, de mis calientes venas, podrás obtener el suero que combatirá ese líquido letal. Ese mismo veneno que tus dulces y rojos labios, acaban de probar.

PUPILAS: Mientras los años van siendo pulidos, ven despidiendo virutas filosas y oxidadas, que inevitablemente terminan incrustándose en las apagadas pupilas de nuestros ojos totalmente desprotegidos. Esos objetos que nos nublan la mirada, que nos queman la vista, guardan la cruel forma de tristes recuerdos. Son dolorosas imágenes, sobre todo aquellas que provienen de tiempos muy lejanos. Esas son las virutas que más hacen llorar.

PENSAR: Mientras más intento comprender lo que a diario sucede más destruyo mi propia existencia, porque intentar entender la vida es conocer más a la muerte y saberse solo un fogonazo desapercibido en medio del infinito, extraviado en la eternidad. Por eso, déjame perderme en la dichosa ignorancia, permíteme ser un completo analfabeto al que no le afecte el inmenso dolor del mundo, que ya estoy maltrecho de tanta cruda verdad, de tanta burda mentira. Perdóname, pero es que tanta realidad me esta matando…

domingo, septiembre 28

Acertijos


Cuántas mañanas, cuantos despertares, he intentado adivinar, obviamente en vano, lo que me deparará ese día, lo que esa jornada tendrá preparado para mí, olvidando de que tan solo mi manera de actuar es el verdadero motor que llevará a esta infinita maquinaria de minutos y segundos a moverse de un determinado lugar a otro… Cada acierto, cada desatino, moverán diferentes engranajes, posibilitando así que todo el abanico de situaciones se abra ante mí, y para mí, logrando por ello que solo de mis manos, de mi boca y de mis pasos, dependa el acertijo que corresponda resolver en cada instante. ¡Qué cagada! Así no puedo echarle la culpa a nadie. De esta manera, ¡toda la culpa de mis errores solo la tendré yo!

viernes, septiembre 26

Refugio


En el mundo habitan miles de millones de personas que al menos una vez en sus vidas se encontrarán o se sentirán solas. A algunas les tocará sufrir esa soledad que en muchas oportunidades viene acompañada de la nostalgia, la melancolía y hasta la depresión. Otras, aquellas personas que buscaron la soledad, la vivirán como a un pequeño oasis en donde escapar del ruido de la ciudad, del caos de la multitud. En ambos casos, la soledad será un estado pasajero en cual el espíritu aprovechará para sanar las heridas que, a veces inconscientemente y otras no tanto, nos produce el entorno en que vivimos. En este mundo en el que sólo somos otro engranaje de esta gran maquinaria, un consumidor del montón, un número más, es a veces necesario recuperar nuestra individualidad, no para convertir a la soledad en una cárcel en la que nosotros mismos seamos nuestros carceleros, sino para transformarla en un refugio en donde cada tanto podamos renacer.

jueves, septiembre 25

Pide un deseo


Todo comenzó una madrugada fría de invierno. Salía de casa rumbo al trabajo, aún medio dormido, aún con bastante pereza. Estiré mi cuello y lo moví a ambos lados para terminar de despabilarme, miré hacia arriba como implorando a Dios por un poco de piedad y fue justo en ese momento que vi a esa estrella fugaz, roja y bellísima que cruzaba el cielo con mucha velocidad. Debía pedir un deseo según la superstición popular, pero no creo en esas tonterías. Para embromar, nada más que para embromar, pedí un deseo demasiado improbable, algo que fuera muy difícil de cumplir: que cayeran dos estrellas fugaces más. Segundos después, pude ver, obviamente incrédulo, como dos estrellas fugaces más caían en la misma dirección que lo había hecho la primera. Admito que me sorprendí del hecho, pero rápidamente le encontré una explicación lógica al tema: esto debe tratarse de ese fenómeno astronómico que los científicos saben llamar “enjambres de meteoritos”, que es mucho más común de lo que parece. Entonces, aclarado para mí el asunto, solo me quedaba seguir llevando a cabo esa especie de juego con el que me burlaba de las costumbres de la superstición, y como ahora contaba con dos deseos más, los utilicé y esto fue lo que pedí: que por cada estrella fugaz que apareciera en el cielo, cayeran dos más. Y eso fue exactamente lo que minutos después sucedió, ya que cuatro estrellas fugaces cruzaron su hermosura por el cielo, destacándose notoriamente contra ese fondo bien oscuro que no poseía ni la luz de la luna. Llegando a la parada del ómnibus, y ya bastante desconcertado, volví a pedir el mismo deseo a cada una de las estrellas por lo que al rato pude ver como caían ocho estrellas fugaces más. Estuve largos minutos viendo esas hermosas luces cósmicas y a su vez pidiendo más deseos, por lo que pudo verse como cayeron dieciséis estrellas fugaces, y luego treinta y dos, y luego sesenta y cuatro, y luego ciento ocho…
Cuando por fin apareció el ómnibus, el cielo brillaba tanto que parecía que ya había amanecido, pero no, recién eran las cinco y media de la mañana, y cientos de meteoritos caían sobre la tierra, destruyendo todo en el lugar del impacto. Cuando por fin llegué al trabajo, ya reinaba por completo el caos en la ciudad. Cientos de muertos yacían en la calle víctimas de los meteoritos, los heridos vagaban por las calles sin sentido, los edificios se hallaban en ruinas. Mientras tanto, los científicos debatían estupefactos el extraordinario suceso, intentando develar por que la atmósfera no había logrado, mediante la fricción, pulverizar esos fragmentos de rocas espaciales como suele hacerlo siempre. Pero bueno, en realidad de poco serviría que lograran saber lo que sucede, por que lo mismo ellos no podrían hacer nada para detener la caída de esos bólidos. Quizás, solo quizás, si yo pidiera a alguna de esas miles de estrellas fugaces que ahora están surcando el cielo, el deseo de que ya dejaran de caer, tal vez este desastre se detendría para siempre. Pero no, nunca lo haría, porque yo no creo en esas supersticiones que son cosas de personas mediocres e ignorantes, yo soy una persona muy seria para creer en ese tipo de estupideces…

martes, septiembre 23

El cuchillo


Caminé cuatro cuadras hasta llegar a la parada del colectivo. Me senté en el cordón de la vereda, aprovechando la generosa sombra de un árbol y revolviendo mi mochila, saqué un libro de poemas, “El cuchillo” de un tal Stavniel Iser. Micaela, me lo había regalado para nuestro segundo año de novios, aún sabiendo que no me gusta mucho la lectura y mucho menos la poesía, al contrario de ella, a una verdadera amante de las letras.
Como sabía que el ómnibus se iba a demorar, como sucedía siempre, aproveché esa tediosa espera para darle una ojeada a ese libro…

“¿Qué es
lo que te hace pensar
que soy un ser
previsible y confiable?
Tan solo
espera ver
como hago relucir
el filo de mi cuchillo.
Las pupilas
de tus bellos ojos
se dilatarán,
como si de pronto
te convirtieras
en una gatita
dulce y sumisa.”

Cada tanto, levantaba esperanzadamente la vista, para ver si venía de una buena vez ese maldito colectivo. Pero a esa hora de la siesta, con ese calor sofocante, la verdad es que pasaron varios sin que viera ni siquiera un solo auto.
Micaela me esperaba, y yo cada vez estaba más ansioso por llegar a su casa y darle la sorpresa.
Casi no podía contener el acelerado latido que nacía en mi pecho cada vez que pensaba en ella.
Obviamente, esa demora para nada ayudaba a calmarme…

“Dime:
¿por qué depositaste
tu confianza
tan ingenuamente
en mí?
Ahora
ya debes imaginar
que dormirás
muy profundamente,
lamiendo el dolor
de la fría carne
que ya no cicatrizará,
pero que comenzará
a comprender
toda la verdad.”

De pronto apareció el ómnibus. Me paré dificultosamente, ya que la larga espera, sentado sobre la calle, me había adormecido las piernas. El calor se hacía sentir y aproveché un asiento solitario que se encontraba del lado en que no daba el sol. De todos modos, transpiraba copiosamente, ya no debido al agobiante calor, sino a esa crisis de nervios en la que lentamente estaba cayendo. Abrí la ventana para que me diera un poco de aire e intenté por un momento pensar en otra cosa…

“¿Porque tiritas?
¿De frío?
¿Tal vez de miedo?
¿O quizás
temes convertirte
en nada,
en el mismo olvido?
Yo pude
haberte reinventado
en la más
hermosa deidad
que pudo haber habitado
en el Olimpo,
pero tú
te encaprichaste
en seguir siendo
cenizas
de una vulgar mortal.”

Ya iba por la mitad del viaje. Y a medida que me iba acercando a mi destino, mi mente se transformaba en un torbellino de imágenes que me torturaban. Ya no soportaba pensar en ella ni un minuto más.
Un amigo, mi mejor amigo, me contó que por casualidad la había encontrado el sábado anterior en un pub y describió con lujos de detalle todo lo que había visto. Desde el momento en que me enteré de ello, sentí que el mundo se desmoronaba y poco importaba ya lo que pudiera suceder.
Para calmarme, y para no seguir angustiándome con esos pensamientos, me refregué los ojos, respiré profundo y abrí nuevamente el libro, leyendo algunas páginas al azar…

“Aún guardo
celosamente
la reliquia de tu temor,
la imagen
de aquella fortaleza
que parecía inexpugnable.
Esta es
mi bigamia espiritual,
de querer hacerte el bien
tanto
como querer
hacerte el mal.”

Me bajé del colectivo y luego de caminar dos cuadras, llegué hasta su casa. Sus padres se habían ido de vacaciones a Necochea, por lo que teníamos tiempo para estar los dos solos. Toqué el timbre y pude sentir sus pasos bajando rápidamente las escaleras. Sin dudas me estaba esperando. Apenas abrió la puerta, vi como su pequeño y delicado rostro se iluminaba con una sonrisa y dando un pequeño salto, me abrazó y me besó desesperadamente mientras que de un tirón me metía en la casa.
-Mi amor, te extrañé muchísimo todos estos días.
-No me vengas con boludeces… Fabián me contó que te vio el sábado a la noche, a los besos con un tipo y que después te fuiste con él en un auto, vaya saber a donde…
-Pero Marcos ¡Te juro que eso es mentira! Estuve todo el fin de semana en la casa de mi abuela y no salí a ningún lado. Te lo juro, mi amor, tan solo hoy salí y fue para que pudiéramos encontrarnos aquí…
-Disculpame pero no te creo…
-¡Vos siempre con tus celos enfermos! Sabés perfectamente que ese amiguito tuyo, Fabián, es un hijo de puta con el que nos odiamos desde la escuela primaria. No podés creerle así tan ciegamente…
-Mirá Mica, ya no aguanto más esto… o sos absolutamente mía o no sos de nadie…

Aún maldigo aquel momento en que abriendo la mochila, saqué el cuchillo y descargué toda mi furia sobre su delicada piel. La última puñalada que le di me trajo nuevamente a la realidad, pero ya era muy tarde. Su hermoso cuerpo, teñido de rojo, ya me era distante y extraño y su mirada, que no era tal porque ya nada veía, quizás guardó como última imagen de sus retinas, mi rostro totalmente desencajado.
Cuando llegó la policía, me encontró al lado de Micaela, sentado sobre el charco de sangre, acariciando sus largos cabellos con ternura y con dolor, mientras terminaba de leer ese libro que tiempo atrás ella me había regalado.

lunes, septiembre 22

Suelo pisar el suelo


Suelo pisar el suelo, temiendo que este desaparezca, que se volatilice, y que quede mi cuerpo cayendo hacia la nada, o que al contrario, que quede eternamente suspendido en el desnudo aire. Suelo pisar el suelo expectante de cual puede ser mi último paso, del instante en que una simple pisada determinará el final de este camino, el cruce de la ansiada y temida meta. Suelo pisar el suelo temiendo que la arena se vuelva movediza, y la tierra se transforme en barro y el piso se haga resbaladizo, y que el cemento excitado bajo el sol, me queme en un breve momento mis pies descalzos. Suelo pensar en todo esto justo en aquellas ocasiones en que sin querer, suelo volar en cielo…

sábado, septiembre 20

Resaca


Un maldito big bang despliega con violencia su infinita energía en mi malherido estómago de manera impiadosa, persistente, revolviendo el alcohol en ese agujero negro en que se transformó mi hígado. Mis pies hoy están hechos de arena y creo
que hasta la más ligera brisa podría desparramar por todo el suelo mi pálida anatomía. Me siento miserable, destruido, desparramado sobre sábanas húmedas y sucias, sabiendo que lo único que haré en las próximas horas será lamentarme muy quejosamente. Dioses Baco y Dionisio: ¿Por qué me engañaron? Me permitieron olvidar muy rápidamente los demoledores efectos de estas fatales resacas y me dejaron beber de aquel alcohol con total descontrol, como si nunca existiese un mañana. Pero a pesar de todo, por más que hoy soporte un gran cargo de conciencia, se que mañana apenas se diluyan estos tétricos efectos, estas lamentables consecuencias de una fabulosa noche, se que volveré a enfrentarme a aquel delicioso y placentero líquido que nuevamente me liquidará. Amén.

viernes, septiembre 19

Regreso al infierno

(FOTO: "Autoretrato", de Pérez Célis)
Amanece, y los rayos del sol comienzan a destruir aquel bello paraíso onírico que había inventado para hacerme regresar a la fuerza a las llamas rojas de la realidad. Amanece, y la claridad luego muestra la imagen descompuesta que me devuelve el espejo. Pero no deseo mirarme, no quiero saber quien soy, como soy. Odio mi rostro, como cada mañana, y lavo mi cara con agua bien fría para quitarme esos rasgos que me aterran, que me apenan. Amanece, me disfrazo con mis ropas, me coloco la careta, programo mi vida y salgo a la calle a terminar de consumirme en ese infierno desquiciado que muchos llaman “Mundo Real”. ¡Por Dios! ¡Que pronto vuelva la noche! ¡Que pronto regrese mi sueño!

miércoles, septiembre 17

Correr


De pronto dejo de correr como un loco, de hablar sin escuchar, de actuar sin pensar, de vivir sin gozar. Simplemente me detengo y respiro profundo, estiro el cuello y guardo silencio, para que inevitablemente me comience a hacerme preguntas: ¿Qué estoy haciendo? ¿En donde estoy? ¿Hacia donde voy? Y me doy cuenta de que nada tiene sentido, de que no existe una razón lógica que pueda explicar, porque el mundo se maneja de esta manera y porque nosotros nos embarcamos ciegamente en esa locura maldita. Y lo peor de todo, no es el desconocer la mágica solución de esta pesadilla. Lo peor es que muy pronto dejaré de escribir, y nuevamente, volveré a correr como un demente…

martes, septiembre 16

El cielo se cae


El cielo se cae, las constelaciones pasan veloces ante mis ojos asombrados. La Cruz del Sur se levanta decidida, y ocupa un lugar en el glorioso cenit. Todo el cosmos actúa caótico, enloquecido, y puedo ver como la luz roja de Marte se agiganta majestuosamente, al igual que ese lucero llamado Venus, y que el gigante Júpiter, y que el mágico Saturno… Y la Luna, esa vieja y fiel compañera, se aproxima a nosotros tan cerca, que pareciera que intentara besarnos. Los cráteres de Selene ya pueden contemplarse con bastante nitidez, y su blanquecina luz pronto logra iluminar de manera fantasmagórica la fría noche de julio. No hay nada por hacer, no hay como impedir el final, el cielo se cae y yo, tal como cada uno de ustedes, me convierto en un afortunado espectador que contempla azorado, maravillado, y no se porque también feliz, como el infinito universo se desploma trágicamente sobre La Tierra.

domingo, septiembre 14

¡GOL!


El jugador número ocho recuperó el balón en el mediocampo, trabando fuertemente con el número diez del equipo rival, llevando la pelota casi sobre la línea de cal, tan veloz, tan potente, que las piernas de los jugadores que salían a marcarlo terminaban pateando el aire, persiguiendo al viento, embistiendo la nada. El número ocho llegó hasta la altura del área, y desde allí impulso la pelota con un soberbio derechazo que se elevó en el tenso aire, congelando las miradas de los hinchas que se hallaban expectantes en la colmada tribuna. El balón cayó de golpe, de emboquillada, y se clavó en el ángulo derecho ante un sorprendido arquero que solo atinó a ver como el fugaz balón se colaba dentro del arco. ¡GOL! ¡GOLAZO! El hincha se abraza con otro hincha, que puede ser conocido o no. El periodista dice que el número ocho quiso poner la pelota justo allí.
Otro periodista dice que el gol fue de pura casualidad, que el jugador número ocho en realidad intentó tirar un centro a sus compañeros. La verdad es que no importa. Fue gol. ¡GOL! ¡GOLAZO! Un torbellino de camisetas de hermosos colores azules y blancos se abrazan entre si, tanto en el campo de juego como en las tribunas. Todos festejan tal como lo hago yo, saltando, riendo, cantando, gritando, llorando, sintiéndome en este preciso instante la persona más feliz de todo el mundo. Si, se que solo se trata de un simple partido de fútbol pero que puedo decir… Nada, realmente nada, me importa más en este emocionante momento, que ese gol, que ese hermoso golazo azul y blanco…

sábado, septiembre 13

Me persiguen


Me persiguen los segundos, los minutos, las horas, los días.
Me persiguen implacablemente, con paciencia, muy lentamente.
Me persiguen confiados porque saben que al final me alcanzarán, porque conocen muy bien cual será el final de esta pálida historia.
Me persiguen las semanas, los meses, los años, las décadas, y soy una presa fácil, una víctima débil e indefensa que espera con resignación que el colmillo del tiempo muerda mi cansado corazón y lo devore. Solo en ese momento el reloj se detendrá y todo, por fin, dejará de correr. Para siempre.

jueves, septiembre 11

MICROCUENTOS 10


APOCALIPSIS: Universo, estómago de dios, revoltijo de eterna resaca. Nosotros somos la maldita aguardiente que lo emborrachó, el alcohol que lo aturdió y lo hizo caer. En la eterna madrugada en que Él ya no soporte continuar con estas agudas nauseas, vomitará todo su mal en un agujero negro, y tendremos por fin nuestro ansiado, nuestro justificado, Apocalipsis. Las profecías ya no serán simples amenazas de pobres dementes. Serán un hecho.

DISPARA: Amor, no dejes de apuntar mi sien. Amor, no dudes en disparar mi piel. Tú y yo, sabemos que solo así tu trabajo podrá tener su fin. Por favor, ya hazlo y no seas cruel. No me dejes a medio morir, que no existe alguna compasión en la burlona risa con que contestas, ni en la mirada fría que me ve sin mirar, ni en las palabras que guardaras dentro de ti. Por favor, aprieta ese gatillo de una buena vez, que ya comienzo a sentir el temor de sobrevivir a este hechizo que me mantiene con vida, pero lejos de ti.

MOSCAS: Moscas, cientos de moscas repugnantes, incansables, revolotean cargosas, caóticas, uestros rostros que se encuentran rojos, bañados de sudor. En ningún momento nos detendremos a pensar si nosotros no somos parte de esa misma mierda que casi pisan los zapatos en nuestra marcha apresurada. Mierda, que ellas, las asquerosas moscas, desean golosamente lamer y probar.

DESFASAJE: Nunca aprendí a contrarrestar ese maldito desfasaje que provoca que cuando todos estén volviendo, yo recién vaya, y que cuando yo regrese, me quede absolutamente solo. Ahora temo ir a buscarte, porque se que apenas abandone mi casa, tú regresarás, y que cuando regrese a mi hogar, tú ya te habrás marchado, para nunca más volver. ¿Qué es lo que debo hacer?

ESTÁS OTRA VEZ: Estás otra vez a mi lado, Juntacielos, para que pueda volver a habitar en tu laberinto infinito. Estás otra vez a mi lado, Robasoles, para que abandone el patético frío, ese cruel refugio de las sombras. Estás otra vez a mi lado, Cruzatiempos, para hacerme sentir que sin ti nunca he tenido un pasado. Estás otra vez a mi lado, y esta vez, te pido por favor, Crealegrías, Inventasueños, Repartemagias, no te marches, ya no te alejes más de mi lado…

miércoles, septiembre 10

Polvo


Conmoción, locura… Todos corren desesperados sin mirar a quienes pisan, a quienes lastiman. Todos huyen de forma anárquica sin tener a donde ir, chocan y se tropiezan y no dejan de gritar de pánico, de terror, de desolación. El aire, huele a miedo, a muerte, a sangre fresca, y yo estoy allí, de pie, en medio de todo el alboroto, mirando a esos mortales comportándose como los animales que son, sufriendo lo que tienen que sufrir. Levanto mi hoz en alto y la garganta realiza el aullido más estridente y desgarrador que le es posible. Polvo, al fin y al cabo todo fue, es y será polvo, que viaja en el viento y que cruza la ciudad desbastada por este Apocalipsis.

lunes, septiembre 8

El joven, el ómnibus y la bella


No pocas veces he oído aquella anécdota en la que un joven (a veces un amigo, en otras un conocido, en muchas otras un desconocido) viajando en ómnibus se enamora de una bella mujer, joven y dulce, frágil y sensual, en el mismo instante en que los oníricos ojos de ella se encuentran con su mirada. El resto de la historia suele variar en ciertos aspectos, pero en general todos los relatos comparten el mismo final: el joven (ya sea mi amigo, mi conocido, o el desconocido) desciende del ómnibus sin haberse animado a acercarse a ella para preguntarle el nombre, y sin siquiera atreverse a decirle el suyo. Entre ella y el joven solo hubo miradas que se rozaron con timidez, ansiosas e ingenuas. Entre ese ángel que apareció en esta parte del mundo, y aquel simple mortal vulgar, mediocre y cobarde, solo hubo un intercambio de tontas sonrisas insinuadas, de algún que otro gesto estúpido como el de levantar una ceja, o el de morderse lentamente el labio superior, o hacer un suspiro de enamorado, o un murmullo cómplice. Ahora bien, ¿Saben que pienso de esta historia tantas veces escuchada? Yo creo que esa joven tan bella y seductora que enamora a tantos hombres diferentes y de distintos lugares, es en realidad una sola mujer, una misma mujer. Y creo que es bastante lógico que aquellos jóvenes no se hayan animado a acercarse a ella, ni se hayan atrevido a conocerla. Porque para mí, para mi modesto punto de vista, esa mujer hermosa e imposible es ni más ni menos que la felicidad personificada, la mismísima dicha que tomó cuerpo de mujer y que nadie se anima a conquistar…

domingo, septiembre 7

Lluvia


Llueve, y escucho caer cada gota como si fuera el segundero de un reloj que me aturde y desespera. Llueve, y huelo el aroma del pasto mojado, de la tierra que ya es barro, y del asfalto que ahora es río, y estoy cansado. Cansado de estar encerrado en este cuarto que parece el camarote triste y enmohecido de un barco que va a la deriva, bajo una tormenta perfecta. Afuera llueve, adentro llueve, y dentro de mí también llueve. Las goteras que se filtran en ese colador que tengo de techo, me ahorran la molestia de bañarme, de lavar los platos, de limpiar los pisos, de regar las plantas, de bañar mi perro…
Adentro llueve, y mis zapatos flotan sobre la correntada que fluye por el pasillo.
Mi casa se inunda, el barrio se inunda, la ciudad se inunda.
Dentro de mi llueve, tanto como afuera, tanto como adentro.

viernes, septiembre 5

MICROCUENTOS 9


CAOS: Desorden, caos, el mundo explota y no puedo escapar. Veo llamas que consumen todo en solo cuestión de segundos y no puedo hacer nada, salvo intentar zafarme de estas mugrientas cadenas que me mantienen prisionero en esta absurda cárcel que se extiende hasta el mismo infinito… Es mi fin… Es el fin del mundo.

PUERTAS: Dejé una puerta abierta para fugarme cada vez que me viera en peligro, sin que nadie pudiera sospecharlo. Dejé otra puerta abierta para volver cuando quisiera, sin que nadie pudiera verme en el momento de hacerlo. Pero temo que aquella puerta oscura por la cual me estoy fugando, sea en realidad la entrada a una celda. Pero temo que esa puerta por la que ahora estoy regresando, sea en realidad el ingreso a una gris institución siquiátrica, a un pútrido manicomio…

LLOVIZNA: Llovizna copiosamente y hace demasiado frío. Me siento solo y muy desilusionado. No se en que momento terminé de resignarme y dejé de esperarte. Ahora, solo veo caer esas miles de gotas heladas, mientras pienso en que mierda voy a dedicar mi tiempo cuando por fin logre olvidarme de vos, para siempre.

LOCO: A la gente le agrada hacer alarde de su locura. Habla de llevar una vida loca, de andar como loco, de gastar el dinero en locuras, de ser un loco lindo, de perder la razón por un amor. Pero estas personas de ninguna manera sufren algún tipo de demencia, ya que el que realmente está orate, nunca lo reconoce, jamás llegará a admitir esa condición. Por lo tanto, te advierto claramente, que yo opino sobre este tema sin que en ningún momento te pida que me des la razón… ¡Porque yo no estoy loco!

ELECTRICIDAD: Amor, corriente eléctrica que recorre libremente, sin ninguna resistencia, por el alterado sistema nervioso. Amor, tan fulminante como lo puede ser un relámpago, en una violenta tormenta de verano. Amor, tan reanimante como un desesperado electroshock que te rescata oportunamente de los fuertes brazos de la parca. Amor, estoy aquí sentado, firmemente sujetado por tus correas, esperando que me electrocutes. Amor, por favor, descarga sin piedad toda tu energía en mí...

jueves, septiembre 4

Horóscopo maldito


HORÓSCOPO MALDITO (Por el Profesor Monstruodamus)

(¡Ojo! No apto para supersticiosos de verdad)

ARIES (21/03-20-04): Sufrirá una muerte horrible y lenta. Desconfíe de los cirujanos jocosos, de los anestesistas optimistas y hasta de los dentistas simpáticos. Previsión: Firme su eutanasia por anticipado y tenga los papeles del seguro de vida al día, cosa de poder dejarle algo de dinero a la viuda.
TAURO (21/04-20-05): Definitivamente, esta no es su semana. No viaje, no salga de casa, no encienda aparatos electrónicos, no prenda fósforos y no manipule ni cuchillos, ni tijeras, ni ningún elemento cortante. Y por sobre todo, este atento: en cualquier rincón de su casa, en cualquier esquina, La Parca lo espera ansiosamente.
GÉMINIS (21/05-21/06): La posición de los anillos de Saturno sobre el zodíaco es peligrosa, ya que muestran un inusual filo apuntando a su constelación. Por lo tanto es muy probable que sufra la amputación de uno o varios de sus miembros. Pero no se preocupe, no perderá la vida, aunque a decir verdad, poco tendrá de vida el tiempo que le quede de existencia.
CÁNCER (21/06-23/07): Comparta esta semana el mayor tiempo posible con su familia, ya que en un alegre y despreocupado viaje de vacaciones que realizará más adelante, la perderá. Por lo tanto, saque muchas fotos y filme hasta la travesura más tonta que hagan sus hijos porque lo más probable es que esa será la última. Ah! Y vaya buscando pareja, si es que no quiere quedarse solo…
LEO (24/07-23/08): Descubrirá a su pareja en la cama con su mejor amigo/a y asesinará a ambos. Cuando intente suicidarse, es muy posible que los astros alineados se lo impidan. Verifique tener balas suficientes, de lo contrario lo condenaran a cadena perpetua. Pero terminar en la cárcel tendrá su parte buena: allí encontrará una pareja estable y fiel.
VIRGO (24/08-23/09): La posición de la luna ejerce una clara influencia en su signo y no da lugar a dudas: por acción de las mareas, usted morirá ahogado. Evite bañarse, beber agua, navegar, lavar el auto, caminar bajo la lluvia y hasta comer galletitas de agua, hasta que este ciclo negativo acabe. Desconfíe de bomberos, aguateros y bañeros.
LIBRA (24/09-22/10): La influencia de los astros sobre su signo es inevitable: usted sufrirá un envenenamiento y fallecerá. No necesariamente será ingiriendo cianuro o algún otro veneno, lo más probable es que sea con la apestosa comida que almuerza en el trabajo, los tallarines de su suegra o la lasaña que le prepara su esposa. No sea confiado, hágale probar todo lo que vaya a comer a su odiado perro.
ESCORPIO (23/10-22/11): Su afición a los prostíbulos, cabarets, boliches swingers, mujeres fáciles, etc. le jugarán una mala pasada. Contraerá una enfermedad venérea letal que le hará arrepentirse de tanto vivir la vida loca. Pero no se preocupe, podrá echarse el último polvito: será cuando, luego de ser cremado, sus cenizas vuelen en el aire.
SAGITARIO: (23/11-21/12): Usted que durante toda su existencia estuvo acostumbrado a vivir "de arriba", sufrirá también desde arriba su triste final. Es muy probable que en alguno de estos días, la caída de una maceta desde un balcón, la de un meteorito errante, la de un avión en llamas, o la de cualquier elemento contundente, impacte de lleno contra su cabeza ocasionándole una muerte instantánea. Se le aconseja usar casco continuamente y, cada tanto, mirar aunque sea un ratito hacia el cielo.
CAPRICORNIO (22/12-20/01): Los poderosos campos magnéticos y electrostáticos de Júpiter se trasladan hasta su signo: riesgo de morir electrocutado. Si usted es músico se le aconseja realizar solo recitales "unplugged". Para quienes usan vibradores: abstenerse. Evite salir bajo tormentas eléctricas, usar aparatos electrónicos y si es posible, acercarse a cualquier tipo de pila, aunque sea una de esas chiquitas AAA. Consejo: viva “aislado”.
ACUARIO (21/01-19/02): Sufrirá una muerte absurda e insólita. Quizás en una confusión, ingrese al estadio vistiendo su camiseta de River Plate, pero ubicándose sin querer en la tribuna de Boca Juniors, o tal vez se tire de cabeza a una pileta justo en el momento en que acababan de sacarle le agua agua, o quizás muera picoteado por el último cóndor que queda con vida en las sierras cordobesas, o se degolle accidentalmente con su maquinita de afeitar. Tenga cuidado: ¡No sea boludo!
PISCIS (20/02-20/03): Usted será el único afortunado de todo el zodíaco: muy pronto ganará mucho dinero, puede ser a través de una herencia, de la lotería, de un pleito judicial que haya entablado hace mucho tiempo, en el casino, etc. La mala noticia es que cuando usted gane esa fortuna su corazón no resistirá tanta emoción y reventará de un infarto. Pero no se queje, piense que mucha gente pobre muere sin tener un digno funeral, y en su caso, el funeral será todo un lujo…

martes, septiembre 2

Plaza desierta


Tengo ganas de no hacer nada. No tengo ganas de nada.
Solo me quedaré sentado, en esta plaza desierta mirando aquella hamaca que se encuentra rota, aquel tobogán que quedó destruido, ese subibaja que está inutilizado, partido por la mitad.
Nada de ganas tengo. Tengo ganas de nada.
Escucho mi respiración, el viento, el trino de un gorrión, pero no la risa de los chicos, ni sus gritos, ni sus canciones, ni sus peleas, ni sus llantos.
No tengo ganas de nada.
Si no estuviera rota aquella hamaca, quizás me levantaría de este banco solitario y comenzaría a volar, como lo solía hacer mucho tiempo atrás.
Antes, si que tenía ganas de hacer de todo…

lunes, septiembre 1

Abecedario


Ahora,
Borracho,
Continuaré
Decidido,
Enfrentaré
Fracasos
Gloriosos
Hasta
Ignorar
Justicias
Kafkianas.
Lúgubres
LLamas
Marchitarán
Noches;
Ñoñas
Oscuridades
Podré
Quemar,
Rompiendo
Sigilosos
Temores.
Un
Vaso,
Whisky
Xxx
Y
Zarparé.