Obra de Rocío Tisera

sábado, septiembre 20

Resaca


Un maldito big bang despliega con violencia su infinita energía en mi malherido estómago de manera impiadosa, persistente, revolviendo el alcohol en ese agujero negro en que se transformó mi hígado. Mis pies hoy están hechos de arena y creo
que hasta la más ligera brisa podría desparramar por todo el suelo mi pálida anatomía. Me siento miserable, destruido, desparramado sobre sábanas húmedas y sucias, sabiendo que lo único que haré en las próximas horas será lamentarme muy quejosamente. Dioses Baco y Dionisio: ¿Por qué me engañaron? Me permitieron olvidar muy rápidamente los demoledores efectos de estas fatales resacas y me dejaron beber de aquel alcohol con total descontrol, como si nunca existiese un mañana. Pero a pesar de todo, por más que hoy soporte un gran cargo de conciencia, se que mañana apenas se diluyan estos tétricos efectos, estas lamentables consecuencias de una fabulosa noche, se que volveré a enfrentarme a aquel delicioso y placentero líquido que nuevamente me liquidará. Amén.

1 comentario:

Flako dijo...

En estas épocas (de primavera para vos) hay que deleitarse ante el etílico elíxir de las bebidas, hay que recordar y quemar al instante las penas bajo el fuego alcohólico... definitivamente hay que pegarse una mortal, como dice un amigo mío... pero ojo que a la larga tanto licor es malo!!!

"felicidades"
Daniel.