"El vecino" (1960). Óleo y tinta sobre papel de Roberto Viola
El viejo Lucas se caracterizaba por un detalle insalvable: hablaba solo. Y lo peor de todo era que esa manía le había ocasionado infinidad de problemas. Por culpa de ello había perdido su trabajo, varias de sus novias y a algunos de sus amigos, todos hartos, y hasta avergonzados, por ese incómodo y extraño comportamiento. Y es que además de hablar solo, estuviera en el lugar que estuviera, lo peor de todo era que ¡lo hacía a los gritos! Cansado de su situación, intentó curar su mal visitando a muchos doctores, a varios psicólogos, a algunos sacerdotes, a un médico brujo… Nada resultaba, y ya estaba perdiendo las esperanzas, hasta que… ¡la tecnología pudo salvarlo! Si, tal cual. Apenas apareció el primer teléfono celular a la venta, fue corriendo a comprarse uno y desde ese momento nunca dejó de usarlo. Y lo mejor de todo, es que no gasta ni un solo centavo en llamadas. Es que él tan solo lo utiliza para poder hablar consigo mismo.
1 comentario:
Yo creo que me aburriría, contándome siempre las mismas batallas, Ensoñando obsesivamente con las mismas anatomías, protestando contra los mismos políticos. Es mejor la tertulía, aunque tengas que pagar para que te aguanten otros... Muy bueno lo tuyo...
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