La terminal de ómnibus está repleta de gente que camina apurada de aquí para allá, cargada con grandes bolsos y pesadas maletas. Algunos viajan por placer, y eso se lo puede ver reflejado en sus rostros. Otros, lo hacen egocios, o por estudio, o por un reencuentro familiar, y todo ello también se puede vislumbrarlo en aquellas caras. Yo también camino apurado, de aquí para allá, cargado con grandes bolsos y pesadas maletas. Estoy huyendo de mi ciudad, de mi vida, de mí mismo. Y creo que todo eso, igualmente puede contemplarse dibujado en mi faz tan desencajada y perdida. Porque la terminal de ómnibus está repleta de gente. Y yo me siento solo.
Una nueva ocurrencia
Hace 6 días.
2 comentarios:
la gente,
mas que compñía,
la meyoría de veces
lo que hace es bulto...
y si realmente
en algún momento te sientes solo...
te invito a desconectar,
a Alicante...
Me ha gustado mucho este post, en especial, porque me recuerda cuando vivía en Venezuela y me tocaba viajar en Metro todos los días al trabajo. Solía pensar en la cantidad de gente que viaja junta, incluso comunes a determinado horario, que nunca llegamos a conocer. Ahora sólo quiero bajarme rápido. Creo que me estoy endureciendo. No sé... o tal vez es que no me siento tan sola como antes. O tal vez es que prefiero no pensar en eso.
Sin embargo, siguen estando ahí: montones de desconocidos.
Me gusta tu blog!
Saludos desde Bs As!!
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