Me matan los sueños en los que descaradamente apareces, destruyendo cualquier situación agradable, convirtiendo una dulce ensoñación en una fatal pesadilla. Y no me salvará ni el aturdido sonido del despertador, ni los rayos del sol del nuevo día que comienzan a filtrarse por la ventana, ni la caricia que intentará calmar mi desesperado sobresalto. Porque el efecto de tu virtual presencia persistirá en mí durante varios días más, sin que nada ni nadie pueda sacarme el gusto amargo de la boca, sin que pueda encontrar la manera de olvidar tu rostro. Me matan los sueños en los que despiadadamente apareces. Y eso, creo que tú bien lo sabes…
Los meses del año
Hace 5 horas.
1 comentario:
Gustavo:
Una presencia virtual puede cautivarnos por un instante, porque más allá de lo que nuestros ojos perciben, descubrimos que la esencia de su alma es un reflejo de nosotros mismos y lo que alguna vez soñamos que nunca se materializó.
Cuando esa imagen virtual se desvanece, su presencia etérea permanece con nosotros convirtiéndose en una verdadera pesadilla al darnos cuenta que sólo fue un sueño inalcanzable producto de nuestra fantasía.
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