No te asustes,
no te resistas,
no me temas.
Porque tú también
eres un fantasma
tan olvidado como yo.
Mira tu rostro,
tus manos,
mira tu cuerpo desnudo.
¡Hace tiempo
que ya has dejado de existir!
Evócame,
recuérdame,
y estaré allí,
instantáneamente,
como solo un buen fantasma
puede hacerlo.
No te asustes,
no te resistas,
sabes que te deseo
desde la eternidad.
Lástima,
mi deseado fantasma,
que ya sea tiempo
de esfumarse.
El sol
está comenzando a salir,
y sabes que la luz
no es buena
para nuestros dolores desnudos.
Evócame,
recuérdame,
que me siento muy solo
en este paraje
inhóspito y gris
que algunos
quieren hacerme creer
que se llama vida.
No me asustes,
que no me resistiré.
Yo te evoco.
Yo te recuerdo.
1 comentario:
a veces,la evocación de un fantasma es más real que cualquier presencia física...
saludos
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