Tenía pensado escribir un cuento acerca de un joven y brillante científico, que luego de muchos intentos logra inventar un ingenioso artefacto que le permite viajar en el tiempo y que él mismo utiliza en su primer ensayo para trasladarse veinticinco años hacia atrás. Ya en el pasado, este científico conoce a una bella joven de la que se siente atraído y con la que, luego de invitarla a salir y luego de unos tragos de más, termina en la cama, teniendo durante toda la noche. Al día siguiente, el joven emprende regreso hacia el presente, sin jamás llegar a saber que aquella mujer con la que se acostó quedó embarazada de él, y no solo eso, sino que tampoco nunca supo que ella, con el tiempo, se transformaría en su futura suegra, por lo que su actual novia, su futura esposa, es ni más ni menos que… ¡su hija! Esto era, más o menos, la idea central del cuento que tenía planeado escribir, pero que al final no lo pude realizar debido a dos motivos insalvables: primero porque debo sortear las innumerables contradicciones del espacio-tiempo, sin dejar de lado las complicaciones morales que genera un tema tan delicado como el incesto, y segundo, porque tengo a mi lado un tipo que apareció de la nada, que es demasiado molesto y que interrumpe continuamente mi escritura, insistiendo una y otra vez con que él es mi tataranieto, aunque yo ni siquiera tengo hijos, pretendiendo a su vez que lo ayude a asesinar a una persona, no se quién, que en el futuro será un sangriento dictador de un país de Sudamérica. ¡Que le vamos a hacer! Uno intenta escribir una obra maestra y siempre aparece alguien dispuesto a echarlo todo a perder. Es que el mundo está lleno de locos…
Una nueva ocurrencia
Hace 6 días.
5 comentarios:
Pues qué bueno que en vez de esa historia hayas escrito ésta. Está desopilante. Un beso Graciela
Gustavo:
Me gustó encontrar la imagen que has puesto en esta entrada. Es una fotografía de la película La máquina del tiempo, de George Pal. Se estrenó en 1960. Rod Taylor es el actor principal. La vi en la televisión de Buenos Aires hace muchos años, pasada la medianoche, cuando era adolescente. Una maravilla. Es una de mis películas favoritas. Me gustaría mucho volver a verla.
Sí, Gustavo, sería fascinante poder viajar en el tiempo. Carl Sagan, el astrónomo estadounidense, pensaba que, si viajáramos al pasado y evitáramos que nuestros padres se conocieran, por ejemplo, daríamos inicio (tal vez) a una nueva historia que, aquellos hombres y mujeres que dejamos atrás, nunca verían.
Tal vez hay (como Jorge Luis Borges nos muestra en uno de sus cuentos) mundos paralelos. En uno de esos mundos nunca nacimos. En otro tenemos una vida larga y feliz. En otro un enorme sufrimiento que nos come las entrañas. En otro nos casamos y tenemos diez hijos. En otro nos quedamos solteros y sin descendencia.
Sí, es muy interesante pensar en eso.
Me gusta mucho la idea de viajar al pasado y tratar de cambiarlo. Si nos olvidamos de las especulaciones de Sagan. ¿Que encontraríamos a nuestro regreso?
El final de Volver al futuro, Gustavo, es una maravillosa respuesta a esta última pregunta.
Uno de los personajes de tu historia, que mencionas sólo una vez, me hizo pensar en Bananas, la película de Woody Allen.
Creo que sería interesante agregar esta pregunta a tus visitantes: ¿Que sugieren ustedes que haga con este hombre que tanto me incomoda?
Yo pienso que deberías prestarle atención. La atención que tanto se merece. Justamente ahora está aquí, a mi lado, rogándome con el rostro pálido (y las manos temblorosas) que te convenza de que le hagas caso. Pienso que es un buen hombre. Algo nervioso, pero confiable. No creo que debamos preocuparnos, Gustavo, por el arma que suele llevar en la cintura y que, en este preciso momento, está apuntando a mi cabeza.
Saludos.
Posdata: Últimamente estoy publicando en mi blog los comentarios que dejo en los blogs de mis amigos. Al final pongo el enlace de la entrada.
Lo mismo haré con este comentario. Pero, si te parece una mala idea, no te hagas ningún problema. Quitaré tu nombre y el enlace y cambiaré del texto todo lo que se relacione con tu texto. Eso no es ningún problema.
Gracias por poner el enlace de mi blog. Yo también tengo el enlace de tu blog. En mi blog: Blogs que visito.
me gusta tu blog
Da miedo pensar que una vuelta al pasado que altere el más mínimo de nuestros actos, no sólo afectará a nuestra vida, sino a las de otros, a las de todos. Es como soplar sobre una ficha de dominó en una larga fila de fichas.
Da miedo, pero a la vez, es reconfortante saber lo necesarios que somos los unos para los otros.
Un abrazo Gustavo. Sigue así.
Encuentro este blog por referencia, y me consigo con este pequeño relato. Interesante el tema, aunque debo decir que me gusta mucho más la forma como lo has tratado, porque sobre viajes en el tiempo se han escrito tantas cosas que es difícil lograr que un texto sobre el mismo tema enganche. Tu relato cierra de forma impecable y eso, a mi modo de ver, tiene mérito. Te felicito!
Te envío un saludo desde Bs As...
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