"Momentos antes" - Pintura de Marcos Acosta Fue en una calurosa tarde de verano. Estaba de vacaciones en Mina Clavero, rodeado de bellas montañas, árboles frondosos y un refrescante río. Estaba recostado sobre la arena, tomando sol, mirando como las nubes formaban curiosas figuras. Una nube, por ejemplo, de pronto se transformó en un león. Otra, más grande y oscura, ayudada por el viento se convirtió en una ballena. Pero hubo otra que me llamó la atención y que me hizo olvidar por completo del bullicio de los chicos jugando en el agua, la música fuerte y el grito de los vendedores de helados y gaseosas. Se hizo un silencio a mi alrededor y todos mis sentidos se focalizaron en contemplar a aquella nube que de ponto se transformó en una bellísima dama, una diosa desnuda tan perfectamente representada que podría jurar que los ojos de ese rostro celestial me estaban mirando. Yo quedé pasmado y maravillado, hasta que un seco cachetazo me cruzó la cara dejándome mirando al ras del suelo, asustado, confundido y recordándome que yo no estaba allí solo, ya que recostada a mi lado se encontraba mi novia. “¡Deja de estar mirando chicas!”, me gritó indignada. Y no tuve más remedio que hacerle caso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario