ESTORNUDOS
De pronto estornudé y me transformé en perro. Volví a estornudar y me convertí en gato. Estornudé otra vez y volví a ser yo. Pero luego tosí y me volví elefante, y así quedé. Por más que tosí y tosí, una y otra vez, no pude volver a mi condición de humano. Por ese motivo, ahora soy un solitario paquidermo que camina incómodo por las atestadas peatonales cordobesas sin lograr, nunca, poder pasar desapercibido.
RACHA DE VIENTO
Justo en el momento en que abrí el portón para salir de mi hogar, sopló una fuerte racha de viento que llenó todo de tierra, incluso mi ojo. Regresé lagrimeando como si acabara de pelar mil cebollas y de muy mal humor. Y no es para menos. Como no habría de estar fastidioso, si yo, en mi condición de cíclope, llego a quedar ciego de mi único ojito.
BLA BLA BLA
Él se acerca a ella. Ella tiene lágrimas en su mejilla. Él le dice: “Bla bla bla”, pero de pronto ella lo interrumpe y le replica entre sollozos: “Bla bla bla… bla bla bla”. Él, sin dejarle terminar la frase, la toma con mucha suavidad del mentón, la acerca hacia su boca y la besa. “Bla bla” alcanza a decir ella, entre suspiros, entre beso y beso. “Bla bla”, le responde él, de una manera mágica, sin dejar de besarla en ningún momento.
Una nueva ocurrencia
Hace 5 días.
2 comentarios:
bla bla bla es igual de complicado que el hablar
me encantó el estornudo
ahhh quiero de esos estornudos... solo espero que no me de la tos jo jo jo. Saluditos!!!
Publicar un comentario